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Junio de 2015

Invitados

Licenciada en filología e idiomas: "tejedora de aprendizajes; pero sobre todo, generadora de nuevas sonrisas"

Imagen: Archivo Particular


Por: Marlene Herrera Boxiga
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Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia.
mrherrerab@unal.edu.co

Ser egresado de la Universidad Nacional de Colombia va más allá de un simple título. Es sin duda experimentar un reconocimiento académico que muchos otros profesionales de este país desearían.

Durante el proceso de formación como educadores, se nos imparten una serie de teorías, conceptos y doctrinas que en ese momento poco logramos interiorizar más allá de “suponer” que terminarán por marcar nuestro desempeño como constructores de nuevos conocimientos y como tejedores de nuevos aprendizajes que les permitan a los estudiantes desarrollar las habilidades de comportamiento que regirán sus vidas. Y por eso, mi mayor reto como profesional, como docente, ha sido lograr crear una atmósfera de aprendizaje que cumpla con muchos y cada vez más exigentes estándares de expectativas por parte de mis estudiantes.

Ser docente se convirtió para mí en una de las experiencias más exigentes a nivel profesional, pero más enriquecedoras a nivel personal; y me siento absolutamente convencida de que no habría sido así, si la Universidad no me hubiera brindado las herramientas académicas pero principalmente las habilidades humanas, para lograrlo.

Me enfrenté día tras día a la incertidumbre de ser capaz de llegar al corazón de los niños, ese corazón que es el que determina si me permiten, o no, intentar alcanzar sus mentes. Ese corazón puro, sincero al que es necesario entrar primero, acomodarse y adueñarse de un lugar estratégico para que desde allí se me permita moldear su disposición para el aprendizaje.

Hoy, sin duda, me siento triunfadora no solo por poder poner en práctica todas aquellas teorías, conceptos y doctrinas que aprendí en la “U”, sino por estar segura de estar metida muy adentro en el corazón de mis niños.

Hoy confirmo que yo fui una de esas miradas expectantes en un aula de ciencias humanas y que fueron ellos, mis maestros, los que fueron determinantes en el momento de construirme como docente, como persona; así que nada me satisface más en este momento que poder decir sin temor a equivocarme que, por ser egresada de la Universidad Nacional de Colombia, soy constructora de nuevos conocimientos, tejedora de nuevos aprendizajes pero sobretodo, generadora de nuevas sonrisas.