Soy Egresado

Noviembre de 2016

Tema de la edición: Medio Ambiente

Patrimonio cultural y ambiental de la mano: un futuro para la investigación científica de Colombia

Por: Donna Alexandra Duarte Ruiz Antropóloga. Universidad Nacional de Colombia
Magíster en "Tutela y valorización del Patrimonio Cultural y Medio Ambiental". Universidad LUMSA, Roma (Italia).

Imagen 1. Ejecución de labores de Arqueología Preventiva.
Fuente: Fotografía tomada el 05 de noviembre del 2015 por Donna Duarte.
Imagen 2.
Fuente: Donna Alexandra Duarte Ruiz
Imagen 3.
Fuente: Donna Alexandra Duarte Ruiz
Imagen 4.
Fuente: Donna Alexandra Duarte Ruiz

El tema que trato a continuación nació durante conversaciones informales sostenidas con algunos colegas, con quienes he tenido la ocasión de desarrollar estudios de Arqueología Preventiva, actividad “en boga” en la última década, gracias al aumento de oportunidades laborales, principalmente, en el marco de proyectos vinculados a obras de minería, infraestructura y explotación de recursos derivados del petróleo (hidrocarburos) en Colombia.

El impacto que están produciendo las diferentes actividades en los sectores antes mencionados, a nivel ambiental, social y cultural, ha generado gran inquietud y preocupación tanto en la academia como en la sociedad en general. La idea de “desarrollo” en nuestro país, se está viendo reflejada en el avance y crecimiento de proyectos relacionados con el llamado “progreso” de la Nación. Como antropólogos, especializados en la labor arqueológica, nos enfocamos en estudiar el contexto no solo cultural y ambiental de los seres humanos en el pasado, sino lo que se está produciendo actualmente como resultado de ese legado histórico; debemos, además, aportar conocimiento desde una posición ética y moral para que todos los ciudadanos y ciudadanas de Colombia, académicos y no, valoren nuestro patrimonio cultural general y, en lo específico, el patrimonio arqueológico, para su tutela y protección. Esta es una tarea difícil ya que nuestra sociedad está interesada en sacar más beneficios en términos de dinero o de ganancia económica que en educar y enseñar a su gente a valorar su cultura y su territorio.

Los bienes que conforman el patrimonio cultural de una sociedad, están constituidos por bienes materiales e inmateriales. Específicamente en Colombia, la Ley General de Cultura define el término “cultura” en el Título 1, Artículo 1, No. 1 como “[…] el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias” (Congreso de Colombia, 1997; énfasis añadido).

Estos elementos, integrantes de la cultura, no pueden entenderse como entes aislados del contexto medio ambiental, con su componente físico, químico y biótico; estos dos aspectos, el ambiental y el cultural en conjunto, forman, finalmente, el patrimonio cultural, tal y como lo propuso en la década de los setenta (siglo XX) la Unesco a través de la “Operational Guidelines for the Implementation of the World Heritage Convention” (Unesco, 2015).

En Colombia hay mucho que hacer aún al respecto, es decir, falta reconocer que lo ambiental y lo cultural van estrechamente ligados. Por tal motivo, considero que una de las tareas a desarrollar en un futuro no muy lejano, por parte de quienes se proyectan como profesionales de las ciencias sociales, humanas y naturales, es la de estudiar estos bienes, definidos en el documento de la Unesco como patrimonio mixto, y darlos a conocer a la sociedad en general para su tutela y valorización (Duarte, 2016).

Esto significa que hay una necesidad de definir cuáles son aquellos bienes compuestos tanto por elementos propios de la naturaleza (medio ambiente) como de elementos culturales (materiales e inmateriales), en conjunto, dentro de un mismo espacio determinado. Para lograrlo, es necesario que se inviertan más recursos, muchos de los cuales deben ser destinados al uso de nuevas tecnologías y otras herramientas que permitan realizar investigaciones científicas serias, ojalá patrocinadas por el Estado.

El conocimiento dará luces (especialmente entre los ciudadanos comunes), sobre cuáles son los deberes y derechos con respecto a ese patrimonio, para que deje de ser simplemente una cuestión que se define mediante una ley y pase a ser sujeto a lo que ética y moralmente nos corresponde a todos.

 

Bibliografía

  • Congreso de Colombia. (1997). Ley 397 de 1997. Por la cual se desarrollan los Artículos 70, 71 y 72 y demás Artículos concordantes de la Constitución Política y se dictan normas sobre patrimonio cultural, fomentos y estímulos a la cultura, se crea el Ministerio de la Cultura y se trasladan algunas dependencias. Recuperado de: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=337

  • Duarte, D. A. (2016). El papel de la cultura en el proceso de paz en Colombia. En: Fundación Gobierno y Sociedad (Ed.). Cuatro propuestas femeninas para el posconflicto (pp. 46-60). Bogotá, Colombia: Fundación Gobierno y Sociedad.

  • Unesco. (2015). Operational Guidelines for the Implementation of the World Heritage Convention. Recuperado de: http://whc.unesco.org/en/guidelines/