Arturo Monje Uscátegui, antropólogo UN comparte su experiencia en la Universidad
La Universidad Nacional fue el lugar en donde continué mi formación académica y humanista, desde el año 2001 hasta el 2006, cuando me recibí de antropólogo, en mis años de estudio tuve la fortuna de formarme en diversos temas que competen a un humanista, así como poder recibir clases de maestros de la talla de Guillermo Páramo, Carlos Pinzón y Egberto Bermúdez. Pero la universidad también fue el espacio para poder compartir, en sus extensos prados, con compañeros de diversas ramas del conocimiento que fueron de gran importancia para tener un saber con tendencias universales y con posturas políticas claras. En los extensos campos verdes mi mente se amplió y me dio la oportunidad para interpretar diferentes instrumentos musicales, por lo tanto la U niversidad me formó desde un plano académico y también me permitió hacer posible el desarrollo de mis capacidades en una forma integral.
Para recibirme de antropólogo era necesario realizar una tesis, por lo tanto, desde el año 2004 comencé a realizar trabajo de campo con la etnia sikuani en los Llanos Orientales Colombianos. En algunos cursos que ofrecía el pregrado de antropología se estipularon salidas de campo a los Llanos Orientales, una zona que evidencia muchas tensiones de orden público; por consiguiente, gracias a las salidas y al apoyo de la Universidad, fue posible realizar el trabajo de campo durante los años 2004 y 2005, que dio como fruto la tesis “Resignificación de la Música en los Sikuani”. En el desarrollo del texto se contrastan los diversos significados de la música para la etnia sikuani, significados registrados en escritos por diferentes autores que son contrastados con los que se pudieron evidenciar en campo. En el mismo se resalta la profunda relación entre los mitos de origen y los significados que se le atribuyen a la música tradicional, además de existir una fuerte correspondencia entre la música y el chamanismo que se mantiene vigente en el territorio. También se plantea el tránsito de la música popular llanera a contextos rituales propios de los sikuani, generándose diferentes fluctuaciones entre música popular y música tradicional. Adicionalmente, se enmarcan las diferentes dificultades que debe sortear la gente sikuani, por la incursión de grupos armados y religiosos.
En el año 2007 se realizó el Primer Encuentro Interdisciplinario de Investigaciones Musicales en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Para dicho evento, el profesor Carlos Miñana me sugirió que realizara una ponencia sobre mi monografía. En las memorias del evento quedó registrada la ponencia, la cual era un resumen de la tesis, siendo allí donde la Editorial Académica Española se enteró de mi trabajo y en el año 2012, después de algunas correcciones, se publicó como texto especializado.
Después de mi graduación me he desempeñado como intérprete y compositor de música popular latinoamericana, además he realizado diferentes investigaciones de carácter etnográfico y con finalidades artísticas para distintas entidades, he recorrido algunos países suramericanos investigando, haciendo música, difundiendo la cultura latinoamericana y el pensamiento indígena.
Ser egresado de la UN es algo que se siente en las venas, en la conciencia política, en el compromiso con las minorías, en el rechazo rotundo ante cualquier acto de injusticia. Aunque después de mi graduación el apoyo institucional ha sido mínimo, considero que el mayor aporte que me dio la UN fue la formación integral y mi compromiso con una Latinoamérica libre y posible. Actualmente, mi hijo estudia en el jardín infantil de la UN, uno de los mejores de Suramérica y vive en l as residencias estudiantiles 10 de Mayo, así que para mí universidad no tengo más que agradecimientos.
A los futuros egresados les podría aconsejar que no permitan que la U niversidad baje su nivel académico, que no permitan que se privatice, que no pierdan la tendencia libertaria de un estudiante de la UN, que no se dejen obnubilar por las nuevas tecnologías, descuidando la relación con el otro. No podemos dejar de ser beligerantes ni apoyar a la empresa que atropella nuestro ecosistema, nuestra diversidad cultural y biológica. ¡Somos UN, somos UN grito de libertad!