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Desafíos y Oportunidades de Desarrollo Integral en el Ejercicio Profesional

Compasión y Coherencia: Claves para la Excelencia Profesional

Por: Yudy Andrea Novoa López

Politóloga, Universidad Nacional de Colombia - Magister en Política Pública. Willy Brandt School of Public Policy. Universidad de Erfurt. Alemania. - Contratista Secretaría de Transparencia. Presidencia de la República.

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Coherencia

“Una mala persona no puede ser un buen profesional” (Gardner, 2017). Aunque parece una opinión, esta frase encuentra sustento en estudios científicos que demuestran su veracidad (Gardner, 2017); y, en lo personal, estoy convencida de su veracidad. Ser una buena persona es requisito sine qua non [condición sin la cual no] para alcanzar el mayor potencial profesional y, para mí, se resume en dos aspectos: el primero radica en el efecto que tiene la bondad en la mente para neutralizar intereses particulares que nublan su percepción y obstaculizan su óptimo desarrollo (ejemplo: una mente avara tiene más probabilidades de cometer errores por su idolatría al dinero que una que no lo sea), y el segundo tiene que ver con el carácter social de los seres humanos, una mente bondadosa que neutraliza su interés egoísta y particular, como se mencionaba anteriormente, tiene mayor facilidad de acercarse a otras y trabajar en equipo; esto allana el camino para el pensamiento colectivo (y si hay algo más poderoso que una mente pensante son varias mentes pensantes), lo cual se traduce en mejores resultados en el ámbito profesional.

Teniendo presente lo anterior, desde mi experiencia profesional y personal, he identificado dos elementos básicos que permiten lograr una mente bondadosa y, en consecuencia, un desarrollo integral en el ejercicio profesional: la ética y la compasión.

Brújula

Por una parte, la ética la definiré como me la expuso mi profesora de filosofía del colegio: ser ético es ser coherente entre lo que se piensa, se dice y se hace. Desde mi punto de vista, esta es una definición magistral que, a diferencia de la mayoría, no coarta; al contrario, nos exige a cada uno darle un significado. Por otra parte, la compasión la definiré teniendo en cuenta Milán Kundera, en su obra maestra, La insoportable levedad del ser; donde plantea que tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también sentir con él cualquier otro sentimiento: alegría, angustia, felicidad, dolor.

Para ilustrar la importancia de estos dos conceptos, hablaré desde mi propia experiencia profesional. La persona contratada el año pasado por la Cooperación internacional, para construir la estrategia anticorrupción en el posconflicto del presente gobierno, una egresada de London School of Economics (LSE), plagió uno de mis documentos y buscó hacerlo pasar como propio; hecho por el cual no fue renovado su contrato. No es de extrañarse que ahora estemos en medio de un escándalo de connotaciones internacionales por las irregularidades con las que se han manejado los recursos del posconflicto.

Mente

No es el primer caso de este tipo que he tenido que ver en mi ejercicio profesional, mas, a todas luces, creo que es el más diciente. Es ilustrativo, además, para visibilizar lo poco que significan los títulos de las universidades más renombradas del mundo en manos de personas sin ética ni compasión. Si esta persona hubiera sido ética, habría sido coherente; habría hecho el trabajo por el cual le pagaban, y si hubiera sido compasiva, habría sido consciente de la importancia de desarrollar una estrategia para cuidar los recursos que están destinados, en particular, a las víctimas de un conflicto monstruoso de más de 50 años.

Lo anterior lo expongo para recalcar dos hechos: la falta de ética hace a los profesionales incompetentes, mientras que la falta de compasión los hace mediocres. De ahí nace la invitación a ser coherentes para poder ser éticos, a ser compasivos para ser brillantes, a ser dignos egresados de la universidad de esta nación; una nación en construcción, la cual requiere personas honestas, coherentes y sobre todo que la amen.

• Gardner, H. (2017, 05 de julio). The wisdom of John Bogle. En: The Good Project.

• Kundera, M. (1984). La insoportable levedad del ser. Bogotá: Tusquet - Planeta Editores.