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¿Salir al País? ¿Salir del País?

Por: David Enrique Flórez Salgado

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Licenciado en Filología e Idiomas: francés

Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

 

Esa puede ser la cuestión y uno de los dilemas para algunos de los egresados de nuestra universidad, especialmente para quienes ingresan a la carrera profesional con el propósito de terminar y viajar al extranjero; y a lo largo de su estancia en la universidad empiezan a notar las necesidades presentes en las regiones. Cada vez son más las oportunidades que se abren para estudiar o trabajar fuera del país, que, sumadas a la actual situación salarial, política, económica y profesional en Colombia; ponen a pensar a más de uno con respecto a qué rumbo seguir.

Por un lado, está el deseo de sacar adelante un proyecto profesional que brinde avances y desarrollo a las regiones; la ilusión y la utopía por mejorar las condiciones de los colombianos que no han contado con las mismas ventajas de quienes están cerca de las ciudades, y por hacer llegar a las periferias el conocimiento obtenido durante la carrera. Por otro lado, el deseo de salir a formarse para alcanzar nuevos logros, tener una remuneración acorde a las capacidades y competencias, para así, obtener posiblemente una mejor calidad de vida y disfrutar de momentos que para nuestro país aún resultan en un lujo, como el acceso a la cultura, el entretenimiento, los viajes, el reconocimiento y la misma educación, entre otros.

Sin embargo, el haber sido admitidos a la Universidad Nacional de Colombia implica un compromiso con la nación entera. Esto involucra la responsabilidad de retribuir la formación profesional recibida con toda su calidad, prestigio y visión. No son muchos los que durante sus estudios se interesan siquiera por conocer las demás sedes andinas de la Universidad (Medellín, Manizales, Palmira) y es aún más difícil encontrar a quienes visitan las sedes de frontera (Tumaco, Leticia, San Andrés, Orinoquía). Es esta una tarea pendiente para una Universidad que al llamarse Nacional requiere tener mayor presencia en todas las regiones (también en las que no hay sedes) e integrar a los demás centros de formación superior, teniéndolos en cuenta dentro de sus convenios; facilitando e incentivando la movilidad de los estudiantes, no sólo hacia el exterior sino a conocer y aportar al interior, en las regiones.

Vendría entonces la pregunta referente a las relaciones interinstitucionales a nivel local y regional con otras universidades y con proyectos de instituciones gubernamentales o no gubernamentales. En esta medida, cabría preguntar ¿cuál es la presencia de nuestra Universidad a nivel Nacional? ¿Se ha quedado la academia buscando la verdad solo entre sus aulas (y sus sedes)? ¡Extra aulas academiæ quære verum! [Que los hallazgos de las investigaciones se vean aplicados fuera de esos muros, que la ciudadanía en general se beneficie de la ciencia, que nos integremos aún más a la sociedad; estos propósitos podrían cooperar en fortalecer ese vínculo tan importe y necesario al interior de nuestro país.

Para terminar, es importante aclarar que de ninguna manera debe disminuirse, ni desincentivarse los intercambios y estudios en el exterior. Al contrario, es recomendable hacerlo para que los aportes desde la investigación logren ser aún mayores, para conseguir mayor visibilidad a nivel internacional y para abrir nuevos campos de acción. Lo importante es tener siempre presente que ese diploma que obtuvimos algún día, ese carnet que nos identifica y ese orgullo con el que respondemos que somos egresados de la Universidad Nacional de Colombia no son del todo gratuitos y que nuestra Alma Mater siempre estará esperándonos para, desde allí, traer también nuestro aporte al desarrollo del país y así retribuir nuestro #OrgulloUN.