Empresarios

Salta al Vacío

Por: Andrés Mauricio Suárez Moreno

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Arquitecto

Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

 

Y bueno… Me encontré en aquel entonces con este tipo de pruebas que suele poner la vida, decisiones que surgen todos los días y no sólo en la profesión sino en cada minuto de nuestra existencia. Decisiones cómo: ¿Hago la tarea o no la hago? ¿Voy a la escuela o no voy? ¿Voy a la universidad o me dedico a ser un rock star? ¿Me caso o no me caso? ¿Renuncio o me quedo empleado? ¡Uy! esta última sí que me daba susto.

Ahí estaba yo con ese dilema, con la incertidumbre que genera la decisión de salir de esa cálida y placentera zona de confort, y saltar al momento de emprender un proyecto de inversión. No hay cargo, carrera ni ningún tipo de especialización que te prepare para esto, estás en el limbo de todo. Adicional a esto, la negra y cruda verdad es que cuando inicia tu empresa, todo depende única y exclusivamente de ti y lo sagaz que seas para marcar la diferencia ¡Esto genera un vacío de emoción y miedo que sólo lo sabe el que lo goza! lo mejor del caso es que la gran mayoría no somos conscientes de este gran oleaje que se avecina… todo es emoción por un corto y breve periodo.

Pues bien, has de saber querido lector que como lo dice Patricia Ensworth en su libro: The Accidental Project Manager (Ensworth, 2001) , al tomar la decisión serás “gerente por accidente” de tu propio proyecto. Esto implica la gran responsabilidad de tomar decisiones en cuanto a temas jurídicos, financieros, contables, estratégicos, comerciales, etc. Para los cuales cabe preguntar “¿Estás preparado?” La determinación con que te enfrentas a esa pregunta se convierte en algo fundamental, ya que, cuando tomas decisiones en campos donde todo es nuevo, existe una gran posibilidad de errar, lo cual en este caso, significa dinero, mucho dinero. Es por esto que he reunido algunos consejos que seguramente serán de gran utilidad a la hora de dar ese gran salto al vacío:

a. Elige bien a tu contador: el elegir bien o mal a quien llevará el registro de los números de tu compañía es como entregar a Dios o a Satanás tu alma. Esta persona es quien será tu respaldo y firmará tus estados financieros, que sirven para pedir créditos, respaldar contratos y porque no, vender la compañía a un tercero. Será quien verificará y liquidará los impuestos que debes pagar a la DIAN. Será tu ángel de la guarda o tu inquisidor. La mejor manera de elegirlo es solicitando referidos a las personas conocidas o no conocidas que ya tengan a un profesional durante un tiempo prudencial. Ojo con eso ¡Es fundamental!

b. Puedes vender, gerenciar o ejecutar, pero no todo al mismo tiempo: la labor comercial en una compañía es el alma y como tal no debe ser abandonada nunca. Muchos emprendedores caen en el juego de vender y vender hasta que cierran suficientes negocios, pero luego, alguien debe ejecutar y debido a esta ejecución detienen la labor comercial, esto hace que hayan tiempos muertos muy fuertes que, en la mayoría de los casos, hacen entrar en déficit de flujo de caja a cualquier Pyme.

c. Cuida mucho los gastos de operación tales como arriendos, servicios, personal, etc. Harán que tu utilidad se vea reducida a ceros o a números negativos.

d. Piensa en grande tu compañía: en definitiva para ser grande hay que estar con grandes. El apalancamiento es fundamental, mientras más personas giren la rueda contigo, más posibilidades hay de llegar a ser grande. Crea alianzas empresariales y tu alcance se verá multiplicado. Tu alcance es limitado, pero si ofreces de manera conjunta y recíproca los servicios de dos o más emprendedores, el alcance se multiplica.

e. Sé feliz con lo que haces y ante todo, como me lo dijo alguna vez un gran empresario de textiles: “La mayor virtud de un empresario exitoso es la paciencia”.

• Ensworth, P. (2001). The Accidental Project Manager. New york: Wiley.