Investigación como herramienta de transformación

Una ventana al pasado ilumina el futuro: la arqueología preventiva como herramienta de desarrollo social, cultural y económico

La arqueología es una de las ciencias humanas que ha superado el simple objetivo de “generar conocimiento” a través de teorías y métodos propios de su campo de estudio para convertirse, poco a poco, en una herramienta fundamental para el desarrollo social, cultural y económico, no solo en Colombia sino en otras naciones del mundo. Las leyes en materia de valoración, protección y divulgación del patrimonio arqueológico, sumado a acciones e iniciativas por parte de los sectores público y privado, en algunos casos, ha permitido que los bienes arqueológicos, objetos de estudio de la arqueología, se conviertan en algunas ocasiones en fuentes de ingresos.

En Colombia, los bienes arqueológicos hacen parte del Patrimonio Cultural de la Nación y están sujetos a protección especial, ya que son considerados Bienes de Interés Cultural (BIC)¹. Todo el territorio colombiano es potencialmente rico en yacimientos arqueológicos, de tal forma que los proyectos de infraestructura, minería, hidrocarburos, entre otros que requieran intervención de suelos, pueden afectar de manera negativa estos bienes. Por tal razón, en el marco de estos proyectos, la mayoría de las veces como parte de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), exigidos como requisito para obtener las licencias ambientales, se debe llevar a cabo un Programa de Arqueología Preventiva (PAP)² que permita salvaguardar y rescatar ese patrimonio arqueológico.

Es en este panorama que se están llevando a cabo la mayor parte de las investigaciones arqueológicas. Desafortunadamente, para las empresas que explotan los recursos naturales y minerales, estos procesos son solamente un requisito más para obtener las licencias. Sin embargo, la arqueología preventiva va más allá de una simple actividad técnica porque implica desenterrar y sacar a la luz el pasado de las comunidades y por ende su historia e identidad. Es por ello que la arqueología sirve como herramienta de desarrollo social, cultural y económico; en este sentido, está al servicio de las comunidades étnicas, no étnicas, campesinas y ciudadanos en general.

Pero, desde mi experiencia he podido observar como muchos de los objetos arqueológicos recuperados en el marco de varias investigaciones se ven relegados a ser almacenados, siendo pocas veces destinados a museos u otras instituciones encargadas del patrimonio cultural, casi siempre porque no son “significativos” en términos de su capacidad para generar un interés más allá de lo cultural o educativo, es decir, no son una fuente de ingreso.

Recientemente, en el marco de un estudio arqueológico en el que participé en la región caribe, se recuperó una cantidad considerable de artefactos en piedra (líticos) de la época precolombina. En este momento se está gestionando su tenencia con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), entidad adscrita al Ministerio de Cultura encargada de velar por la protección del patrimonio arqueológico en Colombia.

Mi objetivo es “rescatar” estos objetos antes de que sean relegados al olvido, buscar el apoyo del Estado o de privados interesados en financiar un museo en la ciudad de Valledupar (Cesar), con el propósito de promocionar estos bienes y aportar a la oferta de servicios culturales en la ciudad, ya que hay pocos escenarios para este tipo de actividades.

Sin duda alguna, un museo contribuirá enormemente al desarrollo social, cultural y económico de la ciudad y permitirá destacar y valorar los orígenes precolombinos de sus pobladores.