Dinámicas de Trabajo en la "Nueva Normalidad" - Retos y Oportunidades

Época volcada al interior, con urgencia de llevar afuera

Los artistas hemos tenido que confiar y convertirnos en esenciales, además de convencer a otros de ello, no somos de primera necesidad. En cuanto al comercio del Arte, hemos de afirmar y convencer a otros de la importancia de proponer imágenes mentales constructivas y resolutivas para pensar en una transformación. En mi caso, no sólo la comercialización de las obras, también los proyectos pedagógicos se vieron afectados.

Me encuentro en Cali y hasta diciembre del año pasado estuve vinculada a la Universidad del Valle, así como a la secretaría de cultura en un proyecto muy bello, con el Arte siendo el eje transversal del conocimiento en colegios estatales. La capacidad del Arte para restablecernos, para sanar, para crear y ver manifiesto, experimentar un mundo donde nosotros somos partícipes y artífices, es esencial; más en una ciudad y un municipio permeados por la violencia, donde uno de los referentes más importantes en la literatura colombiana nos ha dejado por mensaje que no vale la pena vivir después de los 25 años y, aunque parezca ligero nombrarlo de esta manera, es un pensamiento instalado en la psique de muchos jóvenes de la región.

En esta época, he tenido que buscar la manera de capacitarme técnicamente para hallar medios de supervivencia. Justo cuando defino llevar a cabo un proyecto que será mi pensión, llega una pandemia. Bien sea por regulación natural o instalada, se hace imprescindible tener medios para estar conectados y continuar la vida en forma virtual, o si se ha tenido la fortuna de vivir en el campo, volver a las raíces, al cultivo, al trabajo con la tierra. No corrí con esa suerte, pero sí con la fortuna de tener un compañero con liderazgo y quien ha entregado generosamente su empeño, conocimiento y relacionamiento, un arquitecto que por fortuna ha necesitado apoyo en redacción, dirección de Arte en sus proyectos, así como gestión y logística.

Esta ha sido mi actividad más reciente: Lapapaya.org, además de la creación de proyectos por la ciudad y el trabajo con las comunidades, apelando al soporte que pueda otorgar a chicos que necesitan ampliar su visión.

Los artistas precisamos habitar los mundos que nos pertenecen y también estar aquí y ahora, porque tenemos una gran responsabilidad y si no apostamos a transformaciones en términos de nuestros entornos (micro y macrocosmos), vamos a tener cuotas pendientes, en una definición ontológica del Arte.

Es fácil entrar en una dinámica común, donde la queja permea las formas de comunicación, cualquiera sea el lenguaje utilizado, no obstante, viene al caso recordar una frase que escuché hace algún tiempo en una clase de filosofía: “Hace falta coraje para no dejarse fascinar por la pena, para no dejar que esta le enseñe a uno a transformar toda alegría en tristeza, toda esperanza en recuerdo...”. Para mí el mensaje es claro: debemos ser responsables de los contenidos que proponemos y de cómo somos partícipes de nuestra realidad.

Esta ha sido una época volcada al interior, al encuentro con los propios monstruos y las voces internas manifestándose sinestésicamente, si pudiese llamarse así, porque nos habitan lenguajes visuales, sonoros, verbales, corporales y el cruce de estos. Apelar a la conciencia y a la capacidad de transformación en la que podemos participar, es una idea alentadora.

Ahora bien, podemos fortalecer los “qué” y para eso requerimos ayuda de las definiciones, de la organización y de los “cómo”, porque los lugares de práctica son múltiples. Una buena taxonomía y apoyo para llevarlos a cabo, es precisa.

Referencias

• Lapapaya.org. (s.f.). (2008). Economía Circular. 2020, de Lapapaya.org/ Recuperado de http://www.lapapaya.org/.