Egresados en el exterior

Mis miedos al aplicar a programas en el exterior

Estudiar afuera es algo que, desde que entré al programa de Física, quería hacer; países como Alemania y Canadá me sonaban un montón por sus programas científicos. A medida que se iba acercando el año de mi graduación, crecían también mis dudas sobre si quería aplicar o no: ¿Estoy listo para la comunidad científica de punta, o sería mejor esperar a terminar mi maestría en la UN? ¿Tengo que publicar un artículo para estar más ‘preparado’? ¿Se está en algún momento completamente preparado para un proceso de estos? ¿Estoy dispuesto a ‘perder’ de 6 a 12 meses de mi carrera preparando las aplicaciones, invirtiendo tiempo y dinero? Hoy me doy cuenta de que todas esas preguntas estaban simplemente escondiendo un miedo mucho más fundamental: el miedo de recibir un ‘no’ a mis aplicaciones y lo que yo creía que eso implicaba: que no era lo suficientemente bueno para realizar investigación en los lugares en donde siempre había soñado estudiar. Nada más fuera de la realidad que todo eso.

Apliqué a varios programas afuera y me gané una beca en la UBC en Canadá y otra en un programa Erasmus Mundus en Bélgica y Suecia.

Cuando pasé a la UBC, pude hablar con uno de los profesores que hacía parte del comité de admisiones de Física y me dijo que ellos basan sus decisiones principalmente en 3 criterios:

• 1.Calificaciones

• 2.Experiencia de investigación

• 3.Habilidades blandas

Cuando escuché esta lista de criterios quedé muy confundido. Aunque me gané todos los premios cuando me gradué del colegio, definitivamente no fui un estudiante excepcional en la universidad, mis notas estaban sólo un poco por encima del promedio y tampoco tenía publicaciones; yo diría incluso que tenía casi que experiencia nula en investigación.

He pensado bastante sobre esta aparente contradicción y estas son las conclusiones a las que he llegado: La UN nos prepara suficientemente bien para enfrentar los programas y la comunidad científica afuera. Es decir, aún cuando mis notas no resaltaran comparadas con la de mis compañeros, eso no quería decir que mi perfil académico no fuera atractivo para estos comités. Las personas que toman estas decisiones también saben que no todos los países tienen los recursos y las instalaciones para involucrar a sus estudiantes de pregrado en proyectos de investigación, y que esto no significa que no tengamos un gran potencial en el quehacer científico. Además, no todo son calificaciones y artículos, y esto fue lo que en mi opinión hizo que mi perfil resaltara frente al de los demás candidatos a las becas: Las habilidades blandas son un factor clave para los comités de admisiones.

Creo que tuve la fortuna de estar tan enamorado y enfocado en aprender sobre computación cuántica que mi hoja de vida y carta de motivaciones resaltaban habilidades blandas como recursividad o visionario, a través de actividades extracurriculares como pasantías en Colombia o escuelas de verano en Brasil.

Si puedo apuntar a un recurso que fue importantísimo durante mi proceso, sería el Semillero de Talentos Colfuturo. Aquí, expertos en todos estos procesos les van a prestar asesorías gratuitas sobre la estrategia para realizar una aplicación exitosa.

Si con este artículo quiero dejar un mensaje es el siguiente: “La UN nos prepara para tener un perfil académico suficientemente atractivo. Encárguense de alimentar un perfil que demuestre que son más que números y publicaciones, que muestre que son personas, que sienten pasión por lo que hacen, y son capaces de sobrepasar adversidades.”

Figura 1: Una reunión típica (pre-covid) con personas de varias nacionalidades. Fuente: Alejandro Grajales Dau, archivo personal.