Traductora en la ONU a los 25 años de edad.
Por: Andrea Lucia Galindo Ojeda
Filología e idiomas – francés
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia.
algalindoo@unal.edu.co
De la UN a la ONU – de la Universidad Nacional a la Organización de las Naciones Unidas
Tenía 16 años, quería ser traductora, solo hablaba español y mis papás me habían advertido que jamás me podrían pagar una carrera en el extranjero. “Ni siquiera te podemos pagar un curso de idiomas en el Colombo Americano o en la Alianza francesa, ¿has visto lo caros que son? Y si quieres estudiar afuera, ve buscándote una beca”. Mi sueño parecía tan sólo una fantasía totalmente alejada de la realidad.
Sin embargo, mi papá me recomendó que me inscribiera a la carrera de idiomas de la Universidad Nacional y me mostró una película de Nicole Kidman, “The Interpreter”, en donde la actriz trabajaba como traductora simultánea en la ONU. “Tú puedes ser como ella, pero morocha”, me dijo riéndose.
Seguí su consejo, me presenté a la Nacional. Sin embargo, estaba un poco incrédula ante el hecho de que me pudieran enseñar una lengua extranjera en Colombia. Recordaba mis clases de inglés en el colegio y su resultado: ninguno, jamás avanzamos más allá del verbo “to be”.
Estaba equivocada, no solo aprendí francés gracias a las excelentes clases que recibí en la Universidad Nacional de Colombia, también me convertiría en “Nicole Kidman morocha”.
Gracias a esos cuatro años de mi vida en la Nacional, aprendí a hablar perfectamente francés, mejoré mi inglés, conseguí trabajo como profesora de idiomas a los 18 años, obtuve mi primer empleo como traductora a los 20, fui admitida a la escuela de traducción de la Sorbona (la ESIT, una de las mejores del mundo) a los 23 y hoy, a los 25, acabo de comenzar mi primer contrato como traductora en la ONU en Ginebra. He viajado por el mundo y vivido en cinco países diferentes, todo con el dinero que he ganado como traductora y como profesora. Además, al inicio de mis estudios, también llegué a sostenerme en Bogotá con las diferentes becas que ofrecen a los estudiantes de idiomas de la Nacional (como la beca Francia Solidaridad y la exención de pago de matrícula a los mejores promedios).
El único consejo que puedo dar a un estudiante o a un egresado de la Nacional es que sigan sus sueños, hasta los más locos. Nada es imposible en esta vida. Y a la Universidad Nacional, le doy las gracias por haber cambiado mi vida.