EL PSICOANÁLISIS, SU TERAPÉUTICA Y LA UNIVERSIDAD
Por: Fabián Yesid García Valenzuela
Psicólogo
Universidad Nacional de Colombia
fygarciav@unal.edu.co
Artículo escrito con motivo del Sesquicentenario de la UN, para la revista de los egresados.
A propósito de la celebración del sesquicentenario de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), me siento convocado a hablar sobre la importancia que tiene nuestra institución para el sostenimiento del psicoanálisis (PSA) en la academia, dado que la UNAL es una de las pocas instituciones donde aún se enseña PSA. Este fenómeno de la desaparición del PSA en las instituciones se evidencia en la lucha constante que sostiene esta disciplina con las demandas del discurso de la efectividad y la eficacia, donde se exige siempre resultados a menor plazo, a menor costo, estandarizados, medibles, replicables (Sotelo et al. 2012); a esto, el psicoanálisis responde de manera distinta; sosteniendo una teoría de la subjetividad, rescatando la particularidad de cada sujeto; empero, para continuar, es necesario contextualizar al lector sobre la amplia oferta psicoterapéutica disponible y el lugar del PSA entre estas alternativas. En Colombia, no existe una cultura de la salud mental, por lo que muchas personas no ven como indispensable iniciar un proceso psicoterapéutico cuando la situación lo amerite (ansiedades, miedos, angustias, dudas, frustraciones, problemas sentimentales, dificultades familiares, contratiempos laborales, etc.); por un lado algunos creen que no necesitan “contar sus problemas” a un desconocido (resistencia); por el otro, algunos, incluso, desconocen esta posibilidad (ignorancia). De esta forma no hay una conciencia clara de la diferencia que existe entre un psicólogo, un psiquiatra o un psicoanalista. Muchas veces, quien llega al consultorio de un analista lo hace por azar o como una opción más, luego de haber consultado hasta tarotistas o videntes; son muy pocos los que tienen una demanda precisa de recibir un psicoanálisis. No puedo entrar en detalles de explicar las diferencias entre una psicoterapia de orientación cognitivo-conductual o la sistémica o la humanista o la gestáltica o la psicodinámica, etc.; más bien podré exponer, de forma sucinta, la respuesta al interrogante ¿qué es un psicoanálisis? Tratando de evitar los tecnicismos, vamos a definirla como una cura por la palabra, donde, a través del discurso del paciente, se intenta ubicar la causa de su padecer. Este malestar es producto del conflicto psíquico que conlleva la renuncia pulsional, abdicación necesaria para la vida en sociedad (Freud, 1929). Así, el PSA no intenta suprimir el síntoma de entrada, como podría proponerlo una suerte de psicología; más bien, intenta ponerlo en cuestionamiento. Todo esto opera de manera inconsciente, pues el paciente no reconoce conscientemente la estructura de sus “problemas”, de esta suerte, se pretende develar el sentido de sus síntomas, permitiéndole, al paciente, un cambio subjetivo frente a estos. Muchos critican al PSA por ser un proceso de larga duración; pero cómo pensarlo de otra forma, si el malestar del paciente corresponde a una construcción que proviene desde los primeros estadios de su infancia. Desenmarañar toda la historia novelesca del sujeto no es tarea fácil, ni mucho menos corta. ¿Cómo prometer al paciente la solución de sus “problemas” en un par de sesiones? Por ello, sobre la formación de un psicoanalista puede afirmarse que él o ella no se forma en la universidad; tal vez aprenda allí su teoría pero no la esencia de su práctica, la cual radica en el análisis personal que debe emprender cada analista y los controles de los casos que sostenga en su práctica. En el caso particular de la UNAL, está teoría aún se enseña en las aulas, en gran medida, gracias a la labor de la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura de la UNAL, dependencia que ha logrado mantener el discurso del PSA no solo en las Ciencias Humanas sino, en general, en toda la Universidad, por más de una década. Sinceramente, será muy difícil erradicar al psicoanálisis de la UNAL, pues parte de su identidad se ha formado con él, solamente para mencionar algo, el jardín ubicado entre el edificio de aulas de Ciencias Humanas y el edificio de Sociología, lleva como nombre “el jardín de Freud”. Así que seguramente habrá PSA para rato, no solo en los consultorios de los psicoanalistas, sino también en los salones de clase.
Referencias
- Freud, S. (1916-1917). Conferencias de introducción al psicoanálisis. En: Obras Completas, tomo XV. Buenos Aires: Amorrortu
- Freud, S. (1919). ¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad? En: Obras Completas, tomo XVII. Buenos Aires: Amorrortu.
- Freud, S. (1929 [1930]). El malestar en la cultura. En: Obras Completas, tomo XXI. Buenos Aires: Amorrortu.
- Sotelo, M. I., Belaga, G., Rojas, M. A., […], & Coronel, M. (2012). Variaciones de la noción de tiempo: psicoanálisis e institución. Anuario de Investigaciones, 19(2), 155-160.