“Paz, Reconciliación y Justicia Transicional: pequeñas acciones, resultados globales”

EL GIGANTE DEL AMAZONAS: UNA APUESTA PARA LA REINCORPORACIÓN EN EL PUTUMAYO

Cuando los hombres y mujeres de las antiguas FARC-EP decidieron desmovilizarse y realizar el proceso de reincorporación a la sociedad civil, comenzaron con la búsqueda de alternativas de producción viables y sostenibles. Es así como los integrantes de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común (COMUCCOM) encontraron al Pirarucú, este gigante del Amazonas, e iniciaron con la propuesta de su reproducción en cautiverio. Esto representaba, a su vez, dos grandes beneficios: mermar la presión de la pesca de esta especie en peligro de extinción y el alimento saludable para sus familias y la sociedad.

Después de ensayar con el levante de dos Pirarucú durante la época de cuarentena obligatoria del COVID-19 y ver cómo en seis meses incrementaron su peso rápidamente, ellos decidieron invertir en la compra de 21 de estos peces e iniciar la aventura de llevarlos vivos desde Curillo, en el departamento del Caquetá, hasta Puerto Guzmán, en el departamento del Putumayo. Animales que pesaron entre 13 y 20 kilos cada uno e implicaron una travesía de más de 14 horas.

La aventura inició en Pitalito (Huila), cuando las personas que ocho meses atrás había ayudado a pescar y trasladar los dos primeros animales me recogieron. De esa primera experiencia, recuerdo que en el viaje comentaron su asombro al trasladar en seco (en costal) a los Pirarucú y llevarlos en una hamaca por espacio de 45 minutos. Luego, continuamos el viaje a Florencia (Caquetá) y al día siguiente a Curillo, donde los Pirarucú habían sido criados por más de tres años. Allí nos esperaba un camión con agua y personal para la faena de pesca.

Una vez pescado cada animal; los pesamos, medimos, les tomaron 200 miligramos de aleta y les colocaron un microchip para su posterior identificación (ver Figura 1). Después de este proceso, que duró alrededor de cinco horas, iniciamos el viaje pasando por San José del Fragua y Piamonte en la bota Caucana, recorrido que duró 14 horas.

Tras llegar a la orilla del río Caquetá, los Pirarucú se transportaron en seco dentro de una canoa de madera. En la otra orilla esperaba un camión con agua, que nos llevaría junto con los peces hasta la granja donde se esperaba iniciar con la producción.

Cabe resaltar que, debido a que este gran pez no presenta dimorfismo sexual (diferencias externas entre machos y hembras), el sexaje se debe hacer por técnicas de marcadores moleculares una vez se extrae el ADN de la pequeña muestra. Ese es el motivo por el que antes de marcarlos se les toma una muestra de aleta. Actualmente esos resultados ya se tienen y estamos a la espera de que se consoliden varios procesos en este espacio territorial para continuar con la conformación de parejas de reproductores y la producción de alimento vivo para cuando nazcan las larvas de Pirarucú. Sin duda, el proceso de reincorporación no es fácil para ninguno de los lados, pero lo seguiremos intentando con el apoyo de la UN.

Figura 1
Reincorporados de las antiguas FARC-EP acompañados de un egresado quien realiza el proceso de colocación de microchip al futuro reproductor de Pirarucú (Arapaima spp.)

Figura 2
Reincorporados de las antiguas FARC-EP acompañados del egresado quienes se entrenan en el manejo del Pirarucú (Arapaima spp.)