“Inteligencia Artificial y prospectiva del ejercicio profesional”

El Cine Ha Muerto, ¡Larga Vida a la IA!

Figura 1

Imagen generada por IA con el prompt: future filmmaker with camera

 

Fuente: https://stablediffusionweb.com

Desde su nacimiento el cine ha querido ser enterrado, sus propios padres, los hermanos Lumière, no creían que pasara de ser una curiosidad, un acto de feria. Sin embargo, la tecnología para la captura y creación de imágenes, en movimiento desde sus orígenes en el siglo XIX no ha dejado de evolucionar, lo que se traduce en distintas maneras de hacer películas. Todos estos enormes cambios por los que ha pasado y sobrevivido no han hecho más que madurarla.

La llegada del cine digital fue un hito en la década del 2000. Este se convirtió en la norma, y la mayoría de las películas se producen y distribuyen en formato digital. Los efectos especiales y la animación por computadora se han vuelto cada vez más realistas, y la tecnología de proyección digital ha mejorado la calidad de la imagen en las salas de cine (Lara, 2005).

Ahora, con las últimas incursiones de la inteligencia artificial (IA) en la redacción de guiones, el casting, los efectos especiales y la distribución de películas; se está transformando la forma en que se hacen y se ven las producciones audiovisuales, entendiendo estas como películas, videoclips, comerciales, series, documentales, etc. Si bien el uso de la IA en la realización audiovisual tiene muchos beneficios, también existen posibles desventajas.

Una de las desventajas que se prevén a la fecha son el reemplazo de las personas por las herramientas de IA. Los guionistas han lanzado la alarma de que ChatGPT podría reemplazar sus trabajos (Kell, 2023) o provocar el reemplazo de operadores de cámara por cámaras robotizadas, que en un principio pueden ser costosas, pero a largo plazo su valor es inferior a la nómina. También en el caso del marketing, en la decisión sobre qué producciones se impulsan o se realizan. Conocidos son los casos de películas que en un principio no fueron bien recibidas por la crítica o los públicos, pero que al cabo de unos años son reconocidas como obras de arte. Si los únicos parámetros para estas decisiones son las ganancias o los algoritmos, ¿qué significará esto para la expresión artística? Podría caer en la trampa de las narrativas formuladas y que las historias se conviertan en ecuaciones, como nos advierte Parikh (2019).

A la fecha todavía no se ha producido una película de largometraje completamente creada por inteligencia artificial. Sin embargo, se han hecho algunas escenas y cortometrajes, el más relevante es Zone Out (2018) creado por “Benjamin” (una IA), que recibió mención del público en el Sci-Fi London 48 Hour Challenge (ARS Technica, 2018). 

Esta reciente aceleración del proceso de incorporación de la IA al sector de la realización audiovisual, ha propiciado que los creadores audiovisuales implicados en este nuevo escenario se vean obligados a reinterpretar su papel de forma improvisada. Esta es una situación de no retorno y es nuestro deber adaptarnos de la manera más rápida posible. Debido a la actualidad del tema y a la rapidez con que se producen estos cambios, nadie sabe muy bien cuáles van a ser las consecuencias.

Las tecnologías no son buenas ni malas, debemos enfocarnos en el uso que se les dé. En mi experiencia profesional y docente, he sido testigo de la forma en que los cambios tecnológicos impactan también la forma en que debemos educar a las nuevas generaciones de realizadores audiovisuales, es nuestro deber repensar y dar las discusiones al interior de la academia para, efectivamente, entregarles a los hoy estudiantes y futuros realizadores audiovisuales los conocimientos y destrezas con los cuales puedan hacer que la IA se convierta en una verdadera herramienta de apoyo a sus procesos de creación audiovisual y de las nuevas formas de hacer cine.